¿Qué es finalmente lo que inventa o descubre Poe? Hablar de invención es difícil. En todo caso habría que hablar de mejoramiento, de puesta a punto, de construcción de un objeto moderno, el cuento o relato breve. Poe trabaja hasta que, después de siglos de existencia y desvíos, finalmente, el motor arranca. Decir que descubrió algo tampoco es exacto pero parece pertinente a la hora de describir lo que pasó con su obra, breve, sintética, apretada. Poe descubre que hay que ser eficiente, que no hay que perder el tiempo, que el cuento es un mecanismo. Pero ¿un mecanismo para qué? El objetivo es generar una emoción en el lector. Pese a desarrollar detalles y pliegues que para nosotros pueden sonar puntillosamente barrocos, Poe desgrasa la narración de farragosas evocaciones románticas. Freud comprendió que los sueños eran restos de experiencias diurnas. Los formalistas rusos, que la literatura desautorizaba la percepción del mundo. Mucho antes, Poe se dio cuenta de que una buena historia debía generar miedo o admiración o entusiasmo, no describir ni informar sobre emociones pasadas. Y también que el mercado, o el gusto de la masa lectora, no funcionaba como un agente de corrupción, sino que se presentaba como una variable creativa más a tener en cuenta. Mejor, Poe comprendió que esa fuerza espuria de esa masa despreciable o despreciada se podía volver la base libidinal de toda una nueva manera de escribir y pensar cómo narrar.
En Agosto en el #CEC. 20 cuentistas norteamericanos.
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