- 17 de octubre de 2013 - 09:09
Grupo de Facebook reclama libertad para un ruso doble homicida
Es un ex militar, está encarcelado en la unidad penal de General Alvear y fue condenado por haber matado a dos personas durante una pelea.
Un grupo formado en Facebook reclama la libertad de un ex militar y policía ruso, que se encuentra preso en la unidad penal de General Alvear, tras ser condenado por haber matado a dos personas durante una pelea.
Se trata de Klimov Stelmaj Volodymyr, quien asegura que el estado ruso lo reconoce como autor de otras 300 muertes cometidas en el marco de la guerra de Afganistán y como integrante de un grupo especial dedicado a perseguir delincuentes que escapaban de prisión.
El hombre, que se calificó como experto francotirador y conductor de tanques, asegura que ese último trabajo le costó ganarse enemigos en la Mafia Rusa, a la que responsabiliza por la muerte de su esposa y su hija, de apenas 10 meses, cuando en 1993 fueron atropelladas por un camión.
A la Argentina llegó escapando de la mafia rusa y se dedicó a la custodia de empresarios, entre otras tareas, de acuerdo con la información difundida por Diario Popular.
De acuerdo con la página de Facebook "Que liberen a Klimov Stelmaj Volodoymir" los crímenes por lo que se lo acusa y por el cual estuvo varios años alojado en una cárcel de Florencio Varela, ocurrieron el 18 de noviembre de 2003 en una esquina del partido de San Martín.
Las víctimas se llamaban Alexander Nescuva y Tatiana Pendak, mientras que una tercera persona sobrevivió al hecho y lo contó a la Justicia.
"Me debían US$2.500, pero en lugar de devolvérmelos me quisieron matar. Cuando estaban por dispararme, les gané de mano y los maté desde el piso", contó al respecto Volodoymir, quien es oriundo de la región de Siberia.
Sobre el testigo, afirmó: "Pensé que iba a contar la verdad y que actuó en legítima defensa, pero mintió y me acusó. Ellos eran espías de la KGB".
"Dijeron que maté con alevosía, pero en mi país se mata así. Me entrenaron para disparar de ese modo. Me defendí. Si hubiese querido que el crimen quedara impune lo podría haber logrado porque sé cómo hacerlo", expresó el hombre.
Sobre su estadía en el sistema penal bonaerense, dice que en comparación con las cárceles rusas, "el penal de Varela es un sanatorio. Allí los muros son mucho más altos, hay rejas por todas partes y alambrados electrificados con 2.500 voltios. Escaparse es ir a la muerte segura. Al fugitivo se le lanzan los perros. Yo los perseguía en el helicóptero. Teníamos la orden de matar. No podían volver vivos. Algunos morían mutilados por los osos, que nos ahorraban el trabajo".