Ayer Linne la rompió. Fue algo parecido a ese jugador tapado que entra a la cancha el domingo, toma aire, suspira y dice "che, hoy sí, pasenmela que la rompo". Y después va, corre todas las pelotas, pega un remate en el palo de tiro libre, tira un penal al ángulo, define el resultado gambeteándose al arquero y cuando termina el partido señala la tribuna como dicendo "es para vos, sí, para vos".