"Hace dos fines de semana, cuando la ley salió en legisladores y los tipos que fueron a bancar al Congreso se enteraron y festejaron, un periodista amigo, pro-campo, me confesó que le hubiese gustado ser peronista. No vamos a nombrarlo, por respeto a sus propias contradicciones (je), pero sí a utilizar esa anécdota para insinuar la idea de que lo que se juega en las adhesiones políticas de los sujetos es menos un ceñudo diagnóstico de coyuntura que ciertas identidades culturales, históricamente constituidas con los elementos simbólicos y materiales que otorga una determinada posición en la estructura económica y social, que se ven interpelada en su sensibilidad particular."
Diego Vecino, en La Contrarreforma.