El libro se llamaba Quiero ser Ray Loriga y otros poemas de amor a mí mismo. Cuando me acerqué y le pregunté qué tal estaba, me dijo que me fuera a la puta madre que me parió. Así que enseguida me di cuenta que era una maleducada. Nos casamos en julio. Ahora ella me engaña con un empleado público que tiene un hijo adicto y una hija que trabaja en la estación de servicio del barrio en turno noche. A veces, la vida es cruel.