Llegás al cumpleaños de un amigo de un amigo. Lo festejan en una terraza de Villa Crespo. Hay restos de carne en los platos y migas en la mesa porque hubo asado. Saludás, te ofrecen un vaso de vino, hablás de política universitaria. Después, preguntás por el baño, bajás una escalera y cuando terminás, te lavás las manos y te secás con una toalla que tiene la cara de Mickey. Cuando volvés a la terraza, pasás por la parrilla y ves las brasa tibias y la ceniza. Enseguida llega la torta. Tiene solamente tres velitas. Todos cantan y aplauden. Y vos movés los labios, como si cantaras, pero no emitís sonido. Quizás apenas un tarareo imperceptible.