lunes, 24 de enero de 2011

Un criminal le robó la identidad hace 7 años y no puede ni votar

24/01/11

El prófugo más buscado del país usa su nombre y él casi no puede moverse sin que lo detengan.

PorLILIANA CARUSO

Desde hace casi siete años la vida de Fernando Pittari (43) es un verdadero calvario. De un día para otro, de ser un empleado administrativo y padre de familia pasó a ser un hombre “buscado”. Pittari tiene un pedido de captura internacional, pero él no es un delincuente sino que el prófugo más buscado del país –sospechado de ser el cabecilla de una banda de secuestradores– le robó su identidad . Se trata de Rodolfo José “El Ruso” Lorhman, que usa varios nombres falsos. Uno de ellos es, justamente, “Fernando Pittari”.

Por esta situación, desde 2004 Pittari vive con decenas de limitaciones: no vota; no puede pedir préstamos; no puede comprar ni vender, ni tener tarjetas de créditos; no se va de vacaciones al exterior porque Migraciones lo detiene, y ni maneja por temor a pasar algún control policial .

Cuando va al supermercado o sale a correr lleva encima cantidad de fotocopias selladas por el Ministerio del Interior y la Fiscalía General de Corrientes (la que pidió la última captura de Lorhman), además de su partida de nacimiento y la certificación del agregado del apellido materno (Bellini). Todo lo que indica que él es Pittari de verdad y no “El Ruso” Lorhman.

“Yo no puedo creer que nadie agarre a este hombre que está prófugo desde hace tanto tiempo.

El goza de libertad y yo vivo encerrado, con miedo y con miles de problemas . Yo puedo decir que desde hace siete años no tengo vida ”, explica Pittari a Clarín .

El hombre se enteró de esta pesadilla cuando el 6 de marzo de 2004 pretendía pasar unas vacaciones en Uruguay. Tras despachar sus valijas y la de su familia, en Migraciones le dijeron rotundamente: “Usted no puede viajar. Figura que está en Paraguay y tiene un pedido de captura internacional”. Nada le alcanzó para demostrar que era una equivocación. Los agentes de Migraciones le insistían que tenía pedido de captura de jueces de Corrientes y Resistencia.

Semanas después, tras varios trámites, controles y chequeos de información y hasta un viaje a la provincia de Corrientes, en la Justicia le dijeron que él era una víctima del robo de identidad. Allí escuchó por primera vez el nombre del “El Ruso” Lorhman. Pero ese reconocimiento oficial no le solucionó el problema.

“Me contaron que ese hombre usa mi nombre y en todos lados se hace pasar por mí . Pensé de todas formas que iban a profundizar su búsqueda y creo que ahora, si yo no voy a golpear puertas, se olvidan de ir a buscarlo. Total, los que sufren las penurias somos mi familia y yo”, remarca.

Pittari es empleado del Automóvil Club Argentino y tuvo que pedir licencia médica cuando se enteró de su irregular situación. Desde entonces se volvió hipertenso crónico, está con tratamiento psicológico, se trata por ataques de pánico, no duerme nunca tranquilo porque todo ruido lo sobresalta. “Tengo miedo de que este loco me quiera sacar de encima y haga cualquier cosa. Por eso, son pocas las personas que saben dónde vivo y qué hago. Me siento perseguido”, cuenta.

La pregunta lógica es por qué ninguna autoridad le soluciona el problema. Pittari tampoco lo entiende demasiado.

“Resulta que a las personas que quieren cambiarse de sexo le dan a los pocos días un nuevo DNI, y a mí me tienen esperando años y encima jamás me lo resuelven”, reclama. Según algunos voceros de la Justicia, “a esta altura ya se evalúa un cambio de documento, pero al menos por ahora la idea no está firme”.

Pittari penó un año largo hasta que lo atendieron en el Ministerio del Interior y escucharon su reclamo. Pero la respuesta no fue muy satisfactoria. “No podemos hacer nada hasta que Lorhman no caiga preso, porque no se puede cambiar el número de su DNI, que es el número que el prófugo está usando ”, le dijeron a fines del año pasado.

El robo de identidad es usado generalmente por delincuentes para hacer estafas a nombre de otra persona. Según estadísticas de la Procuración general de la Nación, en 2009 se denunciaron en el país 918 casos de falsificación o adulteración de DNI . Sólo ese año hubo una denuncia cada 10 horas.


Mal momento en Ezeiza

Un arquitecto que vive hace 35 años en Canadá y que a fines de diciembre llegó a Ezeiza para pasar las fiestas con su familia fue detenido al detectarse que tenía un pedido de captura en Río Negro, por una estafa. El hombre aseguró que era inocente y que creía que le habían usurpado la identidad con el DNI que hace años le robaron abriéndole la valija en el aeropuerto. Después de pasar varias horas arrestado, fue liberado al comprobarse que no tenía nada que ver con la causa en la que estaba imputado.

Se trata del arquitecto Miguel Angel Pardo (60), quien llegó en un vuelo de Toronto junto a su madre (92) y fue arrestado por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). “Este hombre hace 35 años que vive en Toronto. No es ningún delincuente, sino un prestigioso arquitecto y ni siquiera conoce la provincia de Río Negro; él es oriundo de San Fernando”, explicó el abogado de la víctima, José Vera.

Según el abogado, en uno de sus viajes anteriores Pardo fue víctima de los abrevalijas en Ezeiza y, entre las cosas que le robaron, estaba su DNI argentino. “Alguien pudo haber delinquido con esa identidad”, consideró.


Un especialista en secuestros extorsivos


Rodolfo “El Ruso” Lorhman Krentz es el prófugo más buscado de la Argentina desde 2003. La Cancillería argentina ofreció una recompensa de 71.000 dólares para los informantes extranjeros de Brasil, Uruguay y Venezuela, donde se cree que el delincuente puede estar. En el país se ofrecen $200.000 por datos que permitan su captura. Lorhman comenzó su carrera delictiva en el interior bonaerense, haciendo cuatrerismo (robo de ganado); en la década de los ‘90 pasó a los asaltos tipo comando y, finalmente, a los secuestros: lo acusan de planear y ejecutar al menos media docena.

El caso más resonante por el que se lo busca es el secuestro de Cristian Schaerer, un estudiante de 21 años al que se llevaron de su casa en Corrientes en la primavera de 2003. Su mamá, Pompeya Gómez, pagó un rescate en Ciudad del Este, Paraguay, pero su hijo nunca apareció.