¿Cómo saber si un filósofo merece atención?
Imaginatelo como profesor de secundaria.
El fascista, duro y violento. El progre, blandito y burócrata que te habla de los Beatles. La vieja que traspira mucho en verano y te manda a marzo. El tipo de Educación Física que ahora se puso un kiosoco en Lavalle. La idiota de geografía que seguro salió con la cacerola el otro día y que una vez, cuando prendieron fuego una cortina, se puso a llorar porque se asustó.
Los filósofos siguen esos patrones.