jueves, 16 de diciembre de 2010

“Yo quiero pedirles que vuelvan y se entreguen”

15/12/10

PorJUAN MANUEL BORDÓN

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Valery Thcestnykh parece un hombre agotado. En menos de seis meses ha tenido que lidiar con la desaparición de su hija Vera, el asesinato de su ex mujer y ahora con la noticia de que dos de sus hijos son buscados por este crimen . Por la mesa que ha elegido en un café de San Juan y Boedo van pasado periodistas a los que responde como puede, buscando palabras que no conoce en un idioma que no es el de él. “ Podemos pensar cualquier cosa, pero yo creo que mis hijos son inocentes. No tengo argumentos, tengo sólo lo de aquí ”, dice mientras se señala el pecho y vuelve a quedarse en silencio.

Thcestnykh asegura que la última vez que vio a sus hijos, Ilia y Serguei, fue este lunes por la mañana . Ese día, los tres fueron en el taxi que él tiene hasta el edificio de Gendarmería, donde iban a hacer las pericias que dieron un vuelco al caso. Según él, sus hijos quedaron en esperarlo en el auto, pero cuando volvió ambos habían desaparecido con el vehículo. “Ahora cualquier cosa es en contra de ellos.

Tienen mis teléfonos viejos pero no los contestan . Le he pedido a mi otro hijo y a mi hermana en Rusia que les escriban un mail rogándoles que se comuniquen conmigo.

Yo quiero pedirles que vuelvan y que se entreguen ”, explica.

Usted cree que sus hijos son inocentes. ¿Por qué piensa que se fueron? “No lo sé, no sé por qué se fueron. Ilia tiene el carácter de su mamá, es como, así ... –explica haciendo un gesto que imita la carga de un toro–, cuando se le mete algo en la cabeza no hay forma de convencerlo . Ya cuando vio que lo llamaban (para la pericia) dijo que era un truco del fiscal y que no iba a ir.

Me gustaría poder hablar con él y calmarlo . Tenía miedo de que lo apresen, supongo”.

Ilia y Serguei desaparecieron en el taxi de su padre. Se llevaron algo de dinero y el monedero de él, que estaba en el vehículo. Ese día, antes de que se interrumpiera totalmente el contacto, Valery dice que se comunicaron por teléfono un par de veces. “Yo no sabía que hubiera aparecido el arma”, asegura el hombre, a pesar de que el fiscal del caso sostiene lo contrario. “Me llamaron cuando volvía en el colectivo y yo me grité con ellos porque no me habían esperado. Esa noche volvimos a hablar: Ilia me dijo que estaba cansado, me dijo ‘ vuelvo en 3 o 4 días ’, nada más”.