Por Ignacio Molina
Se inauguró en 1953. El día del golpe del 55, vecinos gorilas la ataron a un auto y la arrastraron por el pueblo. Otros vecinos la rescataron, se la llevaron a caballo y la escondieron en una cueva en las sierras. El busto de Evita estuvo treinta años ahí. En los ochenta el peón de un campo la encontró de casualidad en esa cueva, mientras perseguía a un zorro. Hasta principios de los noventa, permaneció en el galpón de ese campo. Entonces la restauraron, la devolvieron a su lugar de origen, y yo la vi todos los días durante varios veranos. Este miércoles, un día antes de un aniversario del nacimiento de Evita, apareció destruida.