"Los escándalos semanales tras las sesiones en el Congreso han devenido costumbre. Esta vez, le tocó a Diputados, añadiendo una innovación, dentro del esquema general. La apodada ley de matrimonio gay, como es regla en esos asuntos, es votada “a conciencia” (sin sumisión a la disciplina de bloque), reconfigurando el mapa de adhesiones y rechazos. Los socialistas y los bloques de centroizquierda, sin fisuras, avalan la iniciativa. En espejo, el PRO (con una sola excepción) se opone fervorosamente. El Frente para la Victoria (FpV) impulsa la norma pero no encolumna a todos sus integrantes, aunque sí a la mayor parte. En el radicalismo, prima la objeción con nutridas excepciones. En la Coalición Cívica hay impulsores convencidos en tanto la líder de la fuerza, Elisa Carrió, y Alfonso Prat Gay están en contra. El peronismo federal mayormente objeta, en parte por su sesgo derechoso y en parte por calcular que la aprobación de la reforma del Código Civil sería un gol del oficialismo."