El editor que lee sólo lo que publica y desmerece a las otras editoriales, el editor que se queja de que sus libros no se venden, el editor que dice que sus libros son geniales y se vuelve a quejar del maltrato de distribuidores y libreros, el editor que no paga a sus autores, el editor que que se cocina en el jugo del resentimiento, sobre todo el editor que piensa que está haciendo un bien humano y un aporte a la cultura y que esto no se le reconoce, esa figura de editor -que algunos llaman "editor independiente"- me lleva directamente a una pregunta: ¿Por qué muchos escritores ahora se convierten en editores? Escribir es un placer creativo fuerte, editar es el camino de la pena. La pregunta me toca de una forma extraña. Me veo siempre comprometido con la existencia de los libros de otros. Es impresionante como la edición es muchas veces la arista social más importante de la literatura.