“En la Feria la técnica es la naturalidad –sigue Néstor–. Entrás al stand, te ponés a leer, no mirás a nadie alrededor. Estás muy relajado. Hay muy pocas alarmas. Es más peligrosa la otra gente que el vendedor. Si te empiezan a mirar, lo dejás. Un par de veces me sonó la alarma, y como si nada. La había tratado de despegar con una llave o, si no, con la mano. Hay que tener cuidado con un método nuevo, que la disimula en el encuadernado, metida en el lomo, indetectable.”