Hace 4 dias
Los perros del subte la tienen clara
Todo el mundo sabe que los perros son animales muy inteligentes, pero los perros callejeros de Moscú, Rusia, dejaron a los científicos con la mandíbula caída con sus rutinas de viaje en subte.
Qué mirás, gato.
Todos los días, los perros que viven en las afueras de la ciudad se meten en los trenes subterráneos y viajan hacia el centro de la ciudad, el mejor lugar para encontrar comida hurgando la basura.
Durante el régimen soviético en Moscú no se permitían perros en las estaciones de subte y como había pocos puestos de comida en la calle, no tenían muchos motivos para aventurarse a la ciudad. La mayoría de los caninos prefería vivir en las zonas industriales, donde buscaban comida en los basurales o vivían con lo que les daban los trabajadores. Pero luego de la caída de la URSS la situación cambió drásticamente: los alrededores de Moscú se llenaron de centros comerciales y complejos de departamentos, mientras que los restaurantes y negocios de comidas rápidas se fueron al centro.
Aunque la comida era abundante en el centro de Moscú, los perros vivían todavía en los suburbios, así que necesitaban ir adonde estaba la comida y regresar a la noche. Y qué mejor que el subte. Se dieron de que así podían llegar al centro. Algunos expertos dicen que hasta aprendieron a trabajar en para asegurarse de bajar en la estación correcta, midiendo que pasaban en cada formación.
Eligen los vagones más vacíos, se duermen alguna siestita en los asientos desocupados, huelen los pies de la o ponen su cabeza sobre la falda de los niños y los miran a los ojos, pidiéndoles comida.
Una vez que llegaron al centro, buscan alimento en los lugares apropiados, y cuando se hace de noche emprenden el regreso a los suburbios
Durante el régimen soviético en Moscú no se permitían perros en las estaciones de subte y como había pocos puestos de comida en la calle, no tenían muchos motivos para aventurarse a la ciudad. La mayoría de los caninos prefería vivir en las zonas industriales, donde buscaban comida en los basurales o vivían con lo que les daban los trabajadores. Pero luego de la caída de la URSS la situación cambió drásticamente: los alrededores de Moscú se llenaron de centros comerciales y complejos de departamentos, mientras que los restaurantes y negocios de comidas rápidas se fueron al centro.
Aunque la comida era abundante en el centro de Moscú, los perros vivían todavía en los suburbios, así que necesitaban ir adonde estaba la comida y regresar a la noche. Y qué mejor que el subte. Se dieron de que así podían llegar al centro. Algunos expertos dicen que hasta aprendieron a trabajar en para asegurarse de bajar en la estación correcta, midiendo que pasaban en cada formación.
Eligen los vagones más vacíos, se duermen alguna siestita en los asientos desocupados, huelen los pies de la o ponen su cabeza sobre la falda de los niños y los miran a los ojos, pidiéndoles comida.
Una vez que llegaron al centro, buscan alimento en los lugares apropiados, y cuando se hace de noche emprenden el regreso a los suburbios