jueves, 18 de diciembre de 2008

"Dijo del crítico del libro, el contrarreformista Vecino, que era lógico que no le hubiera gustado simplemente por una visión distinta de la literatura, o eso quise entender yo por lo menos."





"Dentro del buen catálogo de Eterna Cadencia, uno de los emprendimientos editoriales más interesantes de este año, el libro de Guebel es una promesa de solidez y delata la estrategia de anclar las apuestas más arriesgadas a fórmulas más ortodoxas y probadas. Ni mal ni nuevo, en fin. La rigurosa y clásica línea que sigue Los padres de Scherezade, sin derrubes, sin lluvia, sin desbordes ni exabruptos, entrega esto: buena literatura y nada más. O, como dice el protagonista de la última novela del autor, que se malinterpretan como la misma persona: “una obra maestra de segunda categoría”.