sábado, 9 de abril de 2011

Detienen a un hombre que iba en un micro con 670 reptiles

09/04/11

Viajaba de Santiago del Estero hacia Buenos Aires, donde planeaba venderlos.

PorSIBILA CAMPS

Los gendarmes del Escuadrón de Seguridad Vial Rafaela tenían el dato, y en la ruta 34, a la altura de Ceres (Santa Fe), subieron al micro de línea que venía desde Salta rumbo a Retiro. Cuando le devolvieron el documento a un pasajero, vieron que los dos precarios bolsos del asiento contiguo se movían. Al abrirlos, pegaron un respingo: habíados manojos de culebras . Le pidieron los tickets del equipaje y comenzaron a abrir las cajas con aprensión. En total, el hombre estaba traficando 670 reptiles y una mulita .

“Los pasajeros venían viajando con 40 víboras arriba” , cuenta el ingeniero Daniel Chersich, guardafauna provincial, a quien despertaron el jueves a las 3 de la mañana para avisarle del hallazgo, y anunciarle que le llevarían el bicherío a su casa, en las afueras de Tostado.

En sus casi 19 años como guardafauna, Chersich ha cortado varias redes de tráfico de fauna silvestre. Con la colaboración de Gendarmería, cada dos meses interviene en un operativo de importancia, y en cuatro o cinco menores: secuestro de pájaros con destino de jaula, reptiles con futuro de mascota. También, cientos y cientos de cueros: carpincho, yacaré, y víboras, como la ñacaniná, la boa de las vizcacheras y la curiyú.

“Eso va todo a Europa”.

El guardafauna, en permanente contacto con colegas de otras provincias, venía investigando esta red del norte.

El traficante –quien fue puesto a disposición del juez Hugo Tallarico, de San Cristóbal–, había subido en Santiago del Estero, donde había pasado tres meses en el monte.

Parte del equipaje eran carpas, lazos, guantes, elementos de cacería y de camping.

Fueron tres meses de violación de la ley 22.421, que pena con uno a tres años de cárcel la captura de animales silvestres. Así fue acopiando el cargamento: 186 tortugas terrestres –una especie en peligro de extinción–, la mayoría con pocos días de vida; 63 ejemplares de lampalaguas o boas de las vizcacheras, también amenazadas; 63 boas arcoiris; 48 ejemplares de culebra nariguda; 89 de culebra verde; otras 105 culebras terrícolas; 32 culebras grises; y 44 víboras falsa coral. También había cazado 40 lagartos, overos y colorados. Como yapa, traía una mulita.

Gendarmería informó del secuestro de 241 animales, pero el recuento definitivo lo hicieron Chersich y su esposa, también guardafauna.

“Los gendarmes me decían: ‘Teníamos terror de abrir las bolsas’”.

Es que algunas de esas culebras también son venenosas, explica Juan Carlos Chebez, naturalista especializado en la conservación de fauna silvestre: “Las arborícolas son las peores. Los dientes traseros son los que inoculan el veneno”.

Por la noche, la pareja de guardafaunas estuvo liberando los animales en distintas zonas del departamento Nueve de Julio, en hábitats propios de cada especie.

“Santiago del Estero, el norte de Santa Fe, Chaco y Tucumán comparten el monte de espinal. Las culebras arborícolas, las dejamos en unos montes vírgenes. Los tupinambis (lagartos), cerca del departamento Vera, donde no hay cacería”.

Chersich conoce a fondo el noroeste santafesino, que recorre a su cuenta y cargo, en busca de cazadores furtivos, en una camioneta de tracción simple de la que es depositario judicial. Con casi 19 años de experiencia, es el más antiguo de los 18 guardaparques provinciales “honorarios”: ninguno cobra sueldo, ni viáticos, ni recibe vehículo, ni combustible.

“Veterinarios amigos me dan algunos remedios o me los cobran al costo, sobre todo cuando tengo mamíferos, como puma o aguará guazú”, el más grande de los zorros, en serio peligro de extinción.

Por la cantidad de reptiles secuestrados, Marcelo Silva Croome, jefe del Area de Fiscalización y Control de la Dirección Nacional de Fauna Silvestre, espera que la investigación se profundice. De hecho, el traficante confesó haber pasado trimestres enteros en los montes de Chaco, Formosa, Salta y Tucumán.

“El problema es que faltan penas a nivel judicial: la mayoría de las causas prescriben, o los acusados son sobreseídos”.