martes, 23 de septiembre de 2008

Para una guía, me pidieron que escribiera algo sobre Caligari, la librería de Lalo Acuña. Acá está.

"Caligari es, lejos, la mejor librería de Caballito. Conocí a Lalo Acuña, el dueño y librero, en un conservatorio de música experimental. De esto hacen ya unos quince o dieciséis años, quizás más. El tocaba guitarra jazz y yo tocaba lo que podía. Los jueves había jam sessions con músicos de todo tipo y yo cargaba un contrabajo tres cuadras de ida y tres cuadras de vuelta. Hace poco Lalo me vendió un edición usada de Rastros de Carmín de Greil Marcus. Mi ejemplar me lo robaron unos hippies la nochebuena del 2002. Cada vez que paso por Caligari, Lalo me da muchísimos consejos que nunca escuchó porque estoy mirando los libros. Le respondo con una larga cadena de "sí", "puede ser", "es probable". Lalo fue fundamental en mi formación porque me presentó artistas como Jorge Fantoni, Lux Lidner, Ralveroni y al teórico y ensayista Rafael Cipollini. Ellos eran más grandes y yo los admiraba casi en secreto. Todavía lo hago. También podría extenderme sobre la conexión Lalo-Parque Rivadavia pero prefiero detenerme acá. Salud, Caligari, salud, Lalo, y gracias."



(Caligari queda en la esquina de Bogotá y Otamendi. Tiene una extensa colección de partituras musicales nueva y antigüas y libros de todo tipo. En el sótano funciona talleres de escritura, se dictan clases de guitarra y cada tanto se hacen presentaciones y conciertos. Vale la pena darse una vuelta cada tanto.)