domingo, 29 de noviembre de 2015

El hombre que se operó su propio apéndice

http://www.lanacion.com.ar/1791639-el-hombre-que-se-opero-su-propio-apendice



One phenomenon feminist historians have focused on is the rape and torture metaphors in the writings of Sir Francis Bacon and others (e.g. Machiavelli) enthusiastic about the new scientific method. Traditional historians and philosophers have said that these metaphors are irrelevant to the real meanings and referents of scientific concepts held by those who used them and by the public for whom they wrote. But when it comes to regarding nature as a machine, they have quite a different analysis: here, we are told, the metaphor provides the interpretations of Newton's mathematical laws: it directs inquirers to fruitful ways to apply his theory and suggests the appropriate methods of inquiry and the kind of metaphyiscs the new theory supports. But if we are to believe that mechanistic metaphors were a fundamental component of the explanations the new science provided, why should we believe that the gender metaphors were not? A consistent analysis would lead to the conclusion that understanding nature as a woman indifferent to or even welcoming rape was equally fundamental to the interpretations of these new conceptions of nature and inquiry. Presumably these metaphors, too, had fruitful pragmatic, methodological, and metaphysical consequences for science. In that case, why is it not as illuminating and honest to refer to Newton's laws as "Newton's rape manual" as it is to call them "Newton's mechanics"?


a translation of the vaginal speech



And now we see the collapse of class after class//The middle classes are in despair//Hundreds of thousands of lives are ruined//Every year the situations grows more desperate for tens of thousands//Hundreds of thousands going bankrupt//And now the ranks of the unemployed are beginning to swell//One, two, three million four million...Five million... six million...seven million//Today it may be seven or eight million//How long can this go on? I am convinced that we must act now if we are to act before it's too late//Therefore, I decided on January 30th with the support of my Party,
which began with seven members and is now twelve million strong to save the nation and the Fatherland!


Ex Captivitate Salus



Carl Schmitt  (1945)


Yo he experimentado todas las tribulaciones del destino
Victorias y derrotas, revoluciones y restauraciones,
Inflaciones y deflaciones, bombardeos
Difamaciones, regímenes colapsados y colapsadas cañerías,
Hambre y frío, encierro y confinamiento solitario,
A través de todo eso he pasado
Y todo eso ha pasado a través de mí.

Yo estoy familiarizado con las abundantes variedades del terror,
El terror desde arriba y el terror desde abajo,
Terror sobre la tierra y terror desde el aire,
Terror legal y extra-legal
Terror marrón, rojo, una combinación de los dos,
Y el peor de todos: el terror que nadie se atreve a nombrarme.
Yo estoy familiarizado con todos ellos y conozco su poderío.

Yo conozco los coros del poder y la ley,
Las voces chillonas y los crueles falsificadores del régimen,
Las listas negras con muchos nombres,
Y las carpetas de los perseguidores.
Y ¿qué debería cantar ahora? ¿El himno del placebo?,
¿Debería abandonar los problemas y envidiar a las plantas y animales?,
¿Temblar de pánico dentro del círculo de los aterrados
Afortunado como el insecto que danza su propia melodía?

Tres veces sentado en el vientre de la ballena,
He confrontado el suicidio a manos del verdugo,
Y sin embargo la palabra reconfortante de los poetas sibilinos me abrazó,
Y un hombre sagrado del Este me abrió las puertas de la redención.
¡Hijo de esta consagración, no tiembles
Mantente firme y resiste!

(Tradución de Federico Sironi de la traducción al inglés)

De la sátira y de los satíricos


de Mariano José de Larra

Tiempo hacía que deseábamos una ocasión de decir algo acerca de la mala interpretación que se da generalmente al carácter y a la condición de los escritores satíricos. Créese vulgarmente que sólo un principio de envidia, y la impotencia de crear, o un germen de mal humor y de misantropía, hijo de circunstancias personales o de un defecto de organización, pueden prestar a un escritor aquella acrimonia y picante mordacidad que suelen ser el distintivo de los escritos satíricos. Confesamos ingenuamente que estamos demasiado interesados por la tendencia general de los nuestros en desvanecer semejante prevención; no diremos que no hayan abusado muchas veces hombres de talento del don de ver el lado ridículo de las cosas, y que no le hayan hecho servir algunas para sus fines particulares. Esto es demasiado cierto por desgracia; ¿pero de qué don de la Naturaleza no ha abusado el hombre, y quién será el que se atreva a sacar deducciones generales de meras excepciones?

Nietzsche contra Sainte-Beuve

TROYA LITERARIA (277): Nietzsche contra Sainte-Beuve

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Nada viril en él; lleno de una rabia pequeña contra todos los espíritus viriles. Vaga de un lado para otro, sutil, curioso, aburrido, sorprendiendo secretos ajenos, -en el fondo una hembra, con un ansia femenina de venganza y una sensualidad de hembra. Como psicólogo, un genio de la médisance[maledicencia]; inagotablemente rico en medios para ello; nadie entiende mejor que él de mezclar veneno en la alabanza. Plebeyo en los instintos más básicos, y emparentado con el ressentiment de Rousseau; por consiguiente, un romántico, -pues por debajo de todo romantisme [romanticismo] gruñe y codicia el instinto rousseauniano de venganza. Un revolucionario, pero refrenado por el miedo. Sin libertad frente a todo lo que tiene fortaleza (opinión pública, academia, corte, incluso Port-Royal). Irritado contra todo lo grande que hay en los hombres y en las cosas, contra todo lo que tiene fe en sí mismo. Bastante poeta y semihembra para sentir todavía lo grande como poder; constantemente retorcido, como aquel famoso gusano, porque se siente constantemente pisado. Como crítico, sin criterio, apoyo ni espina dorsal, con la lengua del libertin cosmopolita para hablar de muchas cosas distintas, pero sin el valor de hacer confesión de libertinage. Como historiador, sin filosofía, sin el poder de la mirada filosófica, -por ello, rechazando en los asuntos principales la tarea de juzgar, cubriéndose con la "objetividad" como con una máscara. De modo distinto se comporta con todas aquellas cosas en que la instancia suprema es un gusto sutil, experimentando: aquí tiene realmente el valor de ser él mismo, -aquí él es maestro. -En algunos aspectos, una forma anticipada de Baudelaire.-

FRIEDRICH NIETZSCHE, Crepúsculo de los ídolos, Alianza Editorial, Madrid, 1979, pág. 86 y 87. Traducción de Andrés Sánchez Pascual