sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz 2012. Que no falte el trabajo y la salud. Lo demás vamos viendo. Salud.

viernes, 30 de diciembre de 2011

"Los detractores de Facebook desconocen un detalle que para mí es clave, desde aquí se promueve el pensamiento. ¿Qué estas pensando? es una pregunta demoledora. No todos tienen huevos para responderla."

Iván Ferreyra.

jueves, 29 de diciembre de 2011

miércoles, 28 de diciembre de 2011

36 y esto recién empieza.

martes, 27 de diciembre de 2011

Aparece rostro de Jesucristo en el ano de un perro

cristo ano perro rostro aparicion1 Aparece rostro de Jesucristo en el ano de un perro












Constantemente, alrededor del mundo, se reportan apariciones de entidades místicas en un sinnúmero deobjetos y superficies cotidianas. Se trate de Buda, Cristo, la Virgen María, o alguna otra personalidad mística, su presencia emerge en sitios inesperado ante la sopresa de sus devotos.Y sin duda este tipo de fenómenos de vuelve aún más llamativo cuando implica un contexto un tanto escatológico, por ejemplo, el ano de un perro.

Un usuario de la red social de contenidos Reddit, recién publicó una imagen del ano de su mascota, en la que puede apreciarse con cierta fidelidad un rostro que alude a la tradicional representación de Cristo. Y si bien desconocemos la motivación original que le llevó a compartir esta inusual “reliquia”, lo cierto es que la fotografía se ha viralizado entre miles de internautas que, ya sea por morbo o por devoción, ansían ver la escatológica aparición.

Recordemos que existe una enfermedad mental, clínicamente catalogada, la pareidolia, que se refiere a la necesidad de la psique humana, de proyectar imágenes milagrosas, en contextos inesperados, ligadas a sus particulares creencias religiosas. Pero más allá de las teorías científicas, resulta interesante cuestionarnos si en realidad esta serie de apariciones corresponden a proyecciones mentales, que de algún modo responden a la necesidad de sentirnos acompañados por la divinidad, o si, por el contrario, son en realidad una especie de micro manifiestos panteistas que emergen que a fin de cuentas la divinidad se encuentra en todos lados, incluido el ano de un perro. La pregunta está en el aire…

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lunes, 26 de diciembre de 2011

Una entrevista que me hicieron donde hablo del Kindle y de la lectura digital.

viernes, 23 de diciembre de 2011

domingo, 18 de diciembre de 2011

sábado, 17 de diciembre de 2011

En marzo del 2010, escribía este poema power point navideño.


Primera antología argentina del cuento zombie

martes, 13 de diciembre de 2011























Me entrevistó Dany Barreto para la revista Sauna.


Iasparra sacó fotos de mi casa


Mariano Soto escribió sobre mi libro y sobre La purga de Filloy.



lunes, 12 de diciembre de 2011


La hipótesis central de La cena de los notables, del ensayista español Constantino Bértolo, es simple: la mayoría de los escritores actuales refuerzan la máquina de dominación del capital. El saber, dice Bértolo, excluye, cae sobre el desprotegido, lo margina. El conocimiento, entonces, segrega, defiende el statu quo, funciona como un artefacto que sostiene un sistema de clases determinado. La manera en que La cena de los notables ubica y describe el hábito de la lectura va en contra de nuestro deshilachado humanismo cuyo lema “los libros nos harán libres” condena por ingenuo. Al cuestionar la centralidad de este discurso positivo –algo que no es nuevo, pero que hoy se ve poco–, Bértolo reordena nuestra idea demasiado borgeana de los libros. Por eso llama la atención que sea tan duro con el entusiasmo que despierta el uso de Internet como herramienta democratizadora. Para Bértolo “dadas las relaciones de producción actuantes, el capital acabará controlando y jerarquizando” a la web. Bértolo no es un Abelardo Castillo que, embrutecido por sus propias convicciones tanto como por sus limitaciones, hace poco en una entrevista dijo que Internet “no pertenece al conocimiento, a la cultura o al saber, pertenece a la información”. Bértolo acierta cuando denuncia el conservadurismo en el que ha caído hoy el arte narrativo. El mismo Castillo es un ejemplo claro de eso. Pero se equivoca con Internet. El capital, y para el caso la modernidad, no afectan a todas las mercancías y a todos los individuos por igual. Hay bordes, lugares que son periféricos, residuos de las dinámicas contradictorias de comunicación. Parece tonto señalarlo pero no es lo mismo Linux que Microsoft, no es lo mismo Cuevana que Google. Se le podría responder a Bértolo con Gramsci. No importa cuál sea el sistema de gobierno, siempre va a haber una clase dominada y otra dominante. En el medio, tironeada, hoy encontramos Internet. De su uso y sus usuarios dependerán sus características. Pero el tema no es soporte versus contenido. Ni siquiera es la vieja discusión sobre la escritura que tuvieron Sócrates y Fedro en el conocido diálogo platónico. Más bien atañe de forma directa al famoso “modelo”. Si queremos un país productivo, no podemos ser conservadores en relación a las tecnologías digitales.

Este libro recoge artículos escritos para mi columna semanal en hipercrítico.com. El más viejo, “El comment como género”, es de julio del 2008. Se lo nota ya un poco ajado, demasiado ligado a los blogs que comenzaban en ese momento un período de desaceleración. Sin embargo, sus ideas centrales, consecuencias de estudiar la relación entre escritura digital y violencia, pueden aplicarse a otros soportes web y siguen vigentes en los portales de los diarios y periódicos. El más reciente es “Los nuevos conservadores” de noviembre de este año. Por otra parte, “Internet y literatura”, que se publicó en hipecritico.com entre mayo y junio, quizás resista un poco más que el resto el añejamiento inexorable al que somete la web todas nuestras reflexiones sobre la cultura digital.

Mi espacio semanal en hipercrítico.com es una columna sobre libros. Por eso estas piezas periodísticas quizás sean consideradas como desviaciones de mi constante actividad como crítico literario. Quiero creer que no y que aquí dejo constancia del por qué.

En la década del 80, las madres y las maestras decían que la televisión te quemaba los ojos y que “la juventud” ya no leía. Dos décadas más tarde apareció la web promoviendo una revolución industrial completa. El Logos se instaló en las pantallas. La cultura audiovisual que tan mal le hacía a nuestra corteza cerebral mutó y una buena parte del agorero oscurantismo del siglo XX se terminó de clausurar. Me importa el destino del libro, pero no el fetiche del libro. Mi presente está en una gozosa y muy palpable mezcla de materiales impresos y pantallas. Hoy no puedo escribir sin conexión porque me siento desnudo. Y la verdad es que paso más tiempo frente a la pantalla que en cualquier otra parte. Ahí es donde el futuro está ocurriendo.



Prólogo de
LA MASA Y LA LENGUA, artículos sobre Internet, literatura y redes sociales
Juan Terranova. Ediciones CEC. Buenos Aires, 2011.

Descarga gratuita:

sábado, 10 de diciembre de 2011

"Giant Steps" by John Coltrane




















"Una angustiada novia intentó suicidarse en China, después de que su prometido cancelara abruptamente el casamiento. Todavía con su vestido de novia, saltó por una ventana de un séptimo piso. En el momento en que saltaba, un hombre logró agarrarla y salvarla."



viernes, 9 de diciembre de 2011






















#Fukushima

jueves, 8 de diciembre de 2011

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Su novio la enterró viva pero el anillo de compromiso la salvó

El muchacho fue ayudado por un amigo.
El muchacho fue ayudado por un amigo.

Una mujer polaca fue sepultada por su pareja, quien tras la ruptura, quería quedarse con el hijo de ambos. La joven antes de ser enterrada fue atacada con un arma eléctrica.

Michelina Lewandowska, una joven madre de 27 años, fue enterrada boca abajo en una tumba no demasiado profunda y con una rama encima para evitar que escapara. Pero, tuvo la calma suficiente para elaborar un plan que la ayudó a escapar.

Lewandowska relató como usó el anillo de compromiso que le había regalado su agresor en los años felices de su relación para romper la cinta adhesiva que le ataba los tobillos y abrir la caja.

Ella gritó pero nadie la escuchó. Desesperada dio una fuerte patada a la caja y logró salir. Desorientada logró llegar a una carretera, donde pidió ayuda a unos camioneros, según informa el diario Daily Mail.

La mujer, de origen polaco, fue agredida con una pistola eléctrica que la dejó aturdida. Entonces, su novio, con ayuda de un amigo la ató y metió en la caja para después transportarla en el baúl de su coche hasta una zona aislada y boscosa, donde la enterró.

Los jovenes habían terminado su relación y el agresor, de 25 años, quería deshacerse de ella para cuidar del hijo de ambos de tres años de edad.

lunes, 5 de diciembre de 2011



Conocí a Sigfrid de un taller de crónica. Había venido desde Berlín a estudiar la expresiva crónica latinoamericana. Le interesaban sobre todo los mecanismos de exclusión. Durante las clases hablaba mal del periodismo europeo. “Ya nadie sale a la calle”, decía. Un día descubrió que en Once había un lugar donde las peruanas encargaban sus vestidos de novia. Me llamó por teléfono. Quería hacer una crónica. Así que lo acompañé al negocio en la calle Pasteur. Nos atendió una mujer petisa, muy amable. Un poco extrañada, preguntó quién era la novia y yo dije: “Nos casamos nosotros.” Sigfrid me miró sorprendido. “Lo amo y mi sueño es casarme de blanco”, agregué. Sigfrid no reaccionaba y la mujer respondió: “Desde luego.” No dudó un solo segundo. “Tenemos que tomar las medidas”, dijo y desapareció en la trastienda. “Me acabás de arruinar la crónica”, repitió Sigfrid dos veces. La mujer volvió con una sonrisa. “Estamos muy entusiasmados”, dije. Sigfrid resoplaba como un vikingo castrado. La mujer nos hizo pasar a un cuarto. Había otra mujer igual con un centímetro en el cuello. “¿Y si encargamos dos vestidos en vez de uno?”, pregunté. “Eso sería más raro”, respondió la primera mujer.
Sigfrid intentó seguir adelante y preguntó precios, mientras yo miraba fotos de vestidos clásicos. Algunos eran simples y hermosos. Finalmente, Sigfrid dijo “no puedo hacer esto” y se fue. “Está celoso”, expliqué. “Bueno, debe saber que usted va a tener toda la atención”, respondió la mujer del centímetro. “Es posible”, agregué. “Pasa todo el tiempo” dijo ella. “Vuelvan pronto”, dijo la otra. Las saludé con un beso y me fui.