viernes, 25 de noviembre de 2016

San Brendano



http://www.disc.ua.es/~gil/navigatio-sancti-brendani.pdf

martes, 8 de noviembre de 2016

http://www.pasosperdidos.org/libros/pdf-43.pdf


http://www.pasosperdidos.org/catalogo/La%20conjura%20de%20los%20ignorantes.%20De%20c%C3%B3mo%20los%20pedagogos%20han%20destruido%20la%20ense%C3%B1anza.%20.html

miércoles, 19 de octubre de 2016

dos artículos sobre el feminismo hoy



http://elfarodehellin.com/populismo-de-genero-o-soluciones-reales/


https://lavenganzadehipatia.wordpress.com/2016/10/15/lo-posmo-2-los-conos-feroces/

viernes, 16 de septiembre de 2016










PSICOLOGIA › COMENTARIOS AL AFORISMO “NO HAY RELACION SEXUAL”

“La lengua, la muerte y el sexo nombran un imposible”

El despliegue de una célebre, provocativa fórmula de Jacques Lacan –“No hay relación sexual”– lleva al autor de esta nota a señalar la imposibilidad humana de establecer “una relación sustancial, permanente, natural, con la vida”.
Por Jorge Alemán *

Estas notas se proponen captar los diversos alcances de la tesis de Lacan formulada en su Seminario 20: “No hay relación sexual”.
La existencia se vuelve humana cuando se torna parlante, sexuada, mortal. Cuando la lengua captura al ser vivo en sus redes simbólicas, hace posible que surja la existencia que en “cada caso somos” como algo único, irrepetible, singular. Se puede establecer con valor de axioma que la lengua “siempre ya está desde antes” que un hablante la realice. Pero la lengua lo espera, pues necesita del hablante para nutrirse de dicha captura. La lengua “parasita” al ser vivo, le sustrae vida y le añade un “modo de satisfacción” anómalo, irregular, sin adaptación definitiva. El plus de satisfacción de los seres parlantes carece de utilidad, sólo busca realizarse. La hipótesis del inconsciente es un modo de concebir la captura del ser hablante por la lengua, como un acto complejo y de imprevisibles consecuencias, de tal modo que resulta imposible que un sistema lógico-lingüístico pueda establecer su formalización. Desde el momento en que se acepta que hay inconsciente, resulta que la lengua que corresponde a tal hipótesis no puede ser considerada sólo como un sistema de signos lingüísticos. Es un conjunto que se revela incompleto e inconsistente, un mixto de dos tipos de signos que conectan dos ámbitos heterogéneos: el del sentido y el goce. Ambitos que mantienen entre sí una relación de unión y separación a la vez, estableciéndose una topología de frontera. Hay signos que, al conectarse unos con otros y al sustituirse unos a otros, producen efectos de significación: son los significantes. Hay otros signos que constituyen inscripciones en el cuerpo del hablante, carentes de significación. Son “letras”, trazos sin sentido, huellas y marcas que repiten su trazo ilegible, mojones de la pulsión que configuran el zócalo de lo humano, el basamento libidinal, para el cual se reserva el término “goce”. Se observará que en este caso el término goce no expresa una fuerza ni una energía primera anterior al discurso, pues, para que haya goce, el ser vivo debe ser atrapado por la lengua, aunque la misma no pueda luego significarlo. El goce infiltra de tal modo la lengua, que el significante ya no puede concebirse meramente como una unidad lingüística, ni la escritura como una simple transposición de la voz a la presencia material del trazo. La concepción misma de la lengua ha quedado profundamente alterada, atravesada por una exterioridad radical, tras la aceptación indudablemente ética de la hipótesis del inconsciente. ¿Tendrá la existencia el coraje de aceptar su fractura, y sabrá leer, en el inconsciente, el modo singular en que habita la lengua?

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La existencia parlante, sexuada y mortal no se apropia sin más del sexo, la muerte y la lengua. La asunción de estas tres determinaciones no implica una suma, es más bien una fractura que hace surgir una subjetividad tachada, escindida, una herida inaugural incurable que arroja a la existencia fuera de sí. La existencia no puede con el sexo, la lengua, la muerte, estar en ella misma como en su casa. El inconsciente implica que la casa natal y el idioma de los parientes están al fin, en el lugar del Otro.

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La lengua, el sexo, la muerte nombran el mismo exilio, la misma imposibilidad; jamás podrá ser conquistada una identidad plena ni por la reflexión de la conciencia, ni por el dominio del yo, ni por el “autocontrol”, ni por el proceso de emancipación. La existencia siempre construye su casa o refugio desde el temblor de las huellas de lo imposible.

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Esta marca de exilio e imposibilidad propia de la existencia se escribe como un jeroglífico en la carne, es la huella “no histórica” que convoca todas las historias, es la letra muda que invoca todas las palabras, es el “resto” que impide que un hombre sea un hombre en un sentido pleno, que una mujer sea una mujer. El “resto” –la Cosa exterior e imposible– que ataca a las identificaciones absolutas, está en “mí” más que yo mismo.

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Se llama “malestar en la civilización” a los dispositivos históricos que intentan, a través del Discurso del Amo, establecer las representaciones sobre el sexo, la muerte, la lengua, codificar sus trayectos en las distintas épocas, establecer sus sentidos. Los dispositivos se transforman en su estrategia y procedimiento: Sociedad disciplinaria, Sociedad de control, Sociedad del espectáculo, Imperio, Discurso Capitalista. En cualquier caso la Civilización intenta, o bien fijar identidades que pretendan suturar el desgarramiento incurable de la existencia, o, cuando todo esto falla, dejan que el propio mercado se alimente –y alimente a su vez–, a la denominada “cultura marginal”. El vacío exterior-interior, el “resto”, o bien se vuelve causa del deseo infundado, o deviene la escoria que en su excepción apuntala el “Todo” de la Civilización.

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Lengua, sexo, muerte, nombran entonces la misma imposibilidad, la de establecer una relación sustancial, permanente, natural, con la vida. La vida está parasitada por el aluvión de marcas, huellas, inscripciones. Si en la existencia parlante, sexuada, mortal, hubiera una relación articulable en el plano sexual, dicha relación debería enunciarse en los siguientes términos: todos los de un mismo sexo con todos los del otro sexo. Este enunciado sólo puede postularse según la fórmula semántica del Universal. Pero esta fórmula semántica del Universal remite finalmente a la relación entre sexos según el modo de lo animal. El sueño de la neurosis y de la vana literatura imagina un goce sin fallas, mítico y absoluto, una cópula animal no interferida por la lengua y su modo siempre fallido y parcial de gozar.

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Se llama pulsión al “resto” de vida marcado por el nudo que constituye lengua, sexo y muerte. A cada existencia contingente le atañe, a lo largo de su transcurrir, el ir y venir de la pulsión oral, anal, invocante (voz), escópica (mirada). Ir y venir que circunda el vacío topológico exterior-interior.

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La pulsión es la parte maldita, el excedente inútil que se satisface “más allá del placer” y que no establece relación alguna. Dirigiéndose a un fragmento del cuerpo del otro sin jamás capturarlo del todo, retorna a la zona erógena, revelando siempre su carácter parcial, incompleto. Estos fragmentos del cuerpo, intentando colonizar el vacío de la existencia, se transfiguran en objetos fetiches, escenas fantasmáticas, recuerdos indelebles y encubridores, piezas sagradas, reliquias absurdas, automatismos de pensamiento, consignas teológico-políticas. Pero ningún “objeto” borra el vacío de la diferencia.

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¿Por qué no se puede escribir lógicamente la relación entre el hombre y la mujer? ¿No se dispone acaso de los términos hombre y mujer, presentes en todas las lenguas? ¿Por qué no asignarle a la mujer la letra x y al hombre la letra y, tal cual se hace en genética según el tipo cromosómico? La pulsión goza de tal modo que no establece una relación-proporción con el goce del otro. Cada satisfacción en la existencia de cada uno, tarde otemprano, de un momento a otro, se vuelve inconmensurable con el goce del otro. La pulsión no escribe “x R y”. A que sea “necesario” que haya biológicamente dos sexos en el reino animal, le corresponde que sea “imposible” escribir la relación sexual entre un goce y Otro. ¿Qué tipo de acontecimiento puede “contingentemente” interrumpir la perennidad de lo necesario y lo imposible? ¿Una invención amorosa que se dirija a lo real del goce pulsional; una escritura no literaria, sin sentido, que pueda presentar la letra en la pureza de su goce ilegible; un evento político que establezca un antes y un después; un corte en el continuo del mercado capitalista? Se denomina Acontecimiento a lo que suspende transitoriamente lo necesario y lo imposible.

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Por tanto, la pulsión en el acto sexual, al no escribir la relación sexual, está abocada a la repetición.

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Esta repetición conmemora el resto de goce, que no se complementa con nadie y que llama a distintos suplementos.

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La identidad es el suplemento frágil e inestable, que se construye en relación a y como respuesta al carácter impersonal de la pulsión.

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El amor, los vínculos sociales, las estructuras elementales del parentesco, las identificaciones, los dispositivos jurídicodisciplinarios, constituyen diversas modalidades históricas de suplementos que se hacen cargo del “vacío irreductible” entre un goce pulsional y otro.

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No hay que curarse de ningún estilo de práctica sexual, pero sí del carácter mortificante con el que la repetición se apropia del recorrido de la pulsión. El “cuidado de sí” debe saber que tras la promesa del Ideal se encubre una orden insensata que asfixia con su exigencia el deber del deseo. Se llama deseo al modo en que en cada existencia se resguarda el vacío. Hay deseo en la medida en que los “objetos” de la pulsión no colonicen definitivamente el hueco, el vacío exterior-interior. Las distintas figuras que intentan apropiarse del lugar vacío deben a su vez ser “expropiadas” por el movimiento del deseo.
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La heterosexualidad, como género o práctica dominante, se ha constituido en la norma histórica desde la que se pretende explicar las otras prácticas sexuales; el núcleo fuerte de sentido desde el cual se quiere conjurar la ausencia de proporción-relación sexual.

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Homosexualidad, heterosexualidad, lesbianismo, etcétera, son identidades; respuestas a la imposibilidad de la relación-proporción sexual. Constituyen la respuesta “sintomática” de la existencia al Deber de su deseo. Cualquier intento de estratificar, jerarquizar, darle prioridad o fundamento a una práctica sobre las otras es siempre un intento de dar consistencia ontológica a una identidad.

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No hay forma de gozar armónica, estable, natural. El goce se escribe con el estilo del síntoma, pero lo sintomático no remite en este caso a un patrón de normalidad. Se llama síntoma al modo en que la existenciaparlante, sexual y mortal construye su “identidad” marcada por el exilio, la marca que desde siempre acompaña el ritmo del encuentro discordante entre los goces.




* Miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana y del Consejo Académico del Centro Descartes. El texto publicado forma parte de Notas antifilosóficas (Grama Ediciones), de reciente aparición.

miércoles, 6 de julio de 2016

“La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos hace insensibles al grito de los otros, nos hace vivir en pompas de jabón, que son bonitas, pero no son nada, son la ilusión de lo fútil, de lo provisional, que lleva a la indiferencia hacia los otros, o mejor, lleva a la globalización de la indiferencia. En este mundo de la globalización hemos caído en la globalización de la indiferencia. ¡Nos hemos acostumbrado al sufrimiento del otro, no tiene que ver con nosotros, no nos importa, no nos concierne! Vuelve la figura del “Innominado” de Manzoni. La globalización de la indiferencia nos hace “innominados”, responsables anónimos y sin rostro.”

HOMILÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Campo de deportes "Arena"
Lunes, 8 de julio de 2013http://www.radiovaticana.va/player/index_fb.asp?language=it&tic=VA_718DKMD5



"Para el logro de estos objetivos nacionales es esencial el imperativo moral de garantizar la justicia social y el respeto por la dignidad humana. La gran tradición bíblica prescribe a todos los pueblos el deber de escuchar la voz de los pobres y de romper las cadenas de la injusticia y la opresión que dan lugar a flagrantes e incluso escandalosas desigualdades sociales."

VIAJE APOSTÓLICO DEL SANTO PADRE FRANCISCO A SRI LANKA Y FILIPINAS (12-19 DE ENERO DE 2015) ENCUENTRO CON LAS AUTORIDADES Y EL CUERPO DIPLOMÁTICO DISCURSO DEL SANTO PADRE
Rizal Ceremonial Hall del Palacio Malacañán, Manila Viernes 16 de enero de 2015

lunes, 11 de abril de 2016




Versiones de las islas
Géneros, soberanía y estilos sobre las Islas Malvinas


Los jueves de abril y mayo a las 19 horas en Filosofía y Letras, Puán 480.
Juan Terranova – abril, 2016 – juanterranova@gmail.com



¿Podemos pensar la soberanía nacional a partir de nuestros libros y los libros ajenos, más allá del remanido y siempre presente deber ser del discurso institucional? ¿Cómo se escribe y se lee ese tópico, en permanente debate? La bibliografía escrita sobre las Islas Malvinas es tan amplia e inabarcable como la que se escribió y se escribe sobre la República Argentina. De hecho, avistadas en 1520 por un marinero de una expedición de Magallanes, su historia comienza muy temprano en la historia de América y siempre, a lo largo de los siglos, propone problemas y problemáticas que se van renovando.
Muy rápido en la actualidad las Islas Malvinas se asocian a la guerra de 1982. Y pese a que ya pasaron más de treinta años, la guerra continúa marcando una agenda que está tan lejos de cerrarse como de agotar los conflictos, las derivaciones y los problemas literarios y políticos que plantean las islas.
Así los libros que se escribieron y se escriben sobre las Malvinas nos descubren dos amplias zonas bien delimitadas. Por un lado, el aguerrido grupo de ficciones que se produjeron sobre la guerra en el Atlántico sur y, por el otro, la intensa y contínua actividad historiográfica que toma la guerra pero también otros momentos y eventos, como la llegada de los ingleses al archipiélago en 1833, y al mismo tiempo los rebalsa y nutre, conformando un corpus extenso y laberíntico lleno de tensiones sociales, políticas y estéticas.
Mi idea en este seminario es hacer otro corte y, sin desmerecer la historia, hablar de los diferentes estilos y géneros con los que se narró Malvinas. El programa incluye guerra, ficción, historiografía y reflexiones sobre los diferentes estilos y los diferentes géneros que se usaron, intentando atravesar los momentos sensibles de la historia de las islas. Lo hago con una convicción simple: siempre lo que se cuenta es tan importante como el género que se elige para contarlo y el estilo que se utiliza.



Unidad 1: Género y estilo
Nociones básicas de género y estilo. La ficción, la novela, el diario, el ensayo de interpretación, el ensayo historiográfico, el paper académico, la divulgación y sus diferentes inflexiones estilísticas. Recorrida por el programa según estas nociones.
El aporte de Hayden White a la lectura de las fuentes y sus elaboraciones. ¿Hasta dónde gira el giro lingüístico? Los tropos de la historia, las limitaciones de la novela, el ensayo y su base política.



Unidad 2: Diarios
El diario de María Sáez en los mares del sur. La marca del romanticismo, una etnografía instintiva y los paisajes interiores. Significado histórico del diario y su valor dentro del sistema de la historia de la literatura argentina. Comparación con los diarios de la guerra. Similitudes y diferencias a ciento cincuenta años. Ganso Verde (Goose Green) del Teniente Coronel Italo A. Piaggi y 1982, días difíciles en Malvinas de John Fowler.



Unidad 3: José Hernández, editor de Lasserre
Las cartas de Augusto Lasserre y la presentación de José Hernández en el periódico Río de la plata. El género epistolar y el periodismo. El gaucho Martín Fierro y el gaucho Rivero. Precisiones e imprecisiones, la necesidad de la divulgación y su estilo: Qué hizo el gaucho Rivero en las Malvinas de Juan Lucio Almeida.



Unidad 4: Groussac y Palacios
Paul Groussac y las malvinas en francés como una retribución de afecto a la Argentina. Más tarde, Alfredo Palacios y otra vez la divulgación como género. Traducción, edición y recorte. Música y letra en un concurso para la marcha oficial.



Unidad 5 Visiones de la guerra
Malvinas, una guerra argentina de Federico Lorenz, síntesis e historia social.
El hecho bélico desde el ejército inglés y su eficiencia: No fue un paseo (No picnic) de Julian Thompson. Información y contrainformación. Lo técnico y lo sensible. Los pichiciegos de Enrique Fogwill, una escritura en la coyuntura que salta por arriba del periodismo: la novela bélica argentina a fines del siglo XX.



Unidad 6 Visiones de la posguerra
A sus plantas rendido un león, Osvaldo Soriano y la risa -a veces amarga- frente al nacionalismo. El efecto dominó y la revolución como objeto de aventura y parodia.
Las islas de Gamerro, la novela maximalista desde y atravesada por el menemismo.



Unidad 7: Siglo XXI y re-malvinización
Todo lo que necesitás saber sobre Malvinas de Federico Lorenz: el esfuerzo por la imparcialidad, el rigor y la pedagogía. Muy lejos de ahí, Sal en las heridas de Vicente Palermo. La deriva como estilo. ¿Predicando para conversos? Género carta abierta: los 17 intelectuales por los derechos de los isleños. Malvinas como excusa y palanca política.



Bibliografía específica por unidad



Unidad 1.
Adorno, T. H. W, . “El ensayo como forma” en Notas sobre literatura. Obra completa, 11. Madrid, Akbal, 2003.
Ginzburg, Carlo. Mitos, Emblemas, Indicios. Morfología e Historia. España, Gedisa, 1989.
Lukács, Gyorgy. Teoría de la novela. Ensayo histórico filosófico sobre las formas de la gran literatura épica. Buenos Aires, Ediciones Godot, 2010.
______. “Prólogo” en Teoría de la novela. Buenos Aires, Godot, 2010. Págs. 5-18.
Panofsky Erwin. Sobre el estilo: tres ensayos inéditos, trad. de C. Mora y R. Molina, Barcelona, Paidós, 2000.
White, Hayden. Tropics of Discourse: Essays in Cultural Criticism. Baltimore: The Johns Hopkins University Press. 1978.
______. El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representación histórica. Barcelona: Paidós, 1992
______; La ficción de la narrativa. Ensayos sobre historia, literatura y teoría 1957-2007. Buenos Aires: Eterna Cadencia. 2011. Traducción de María Julia De Ruschi.



Unidad 2.
Benjamin, Walter. El concepto de crítica de arte en el romanticismo alemán. Pemínsula, Barcelona, 1988.
Christoph Jamme. Furet, et al. El movimiento romántico, Madrid, Alianza, 1997.
Echeverría, Esteban “El Matadero” en Obras escogidas. Selección, prólogo, notas, cronología y bibliografía: Beatriz Sarlo y Carlos Altamirano. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1980.
Fowler, John A. T. 1982. Días difíciles en Malvinas. Editorial Winograd, Buenos aires, 2013.
Heine, Heinrich. La Escuela Romántica. Buenos Aires, Biblos/Universidad Nacional de San Martín, Colección "De la Alemania", 2007
Lacoue-Labarthe, Philippe . Nancy, Jean–Luc . El absoluto literario. Teoría de la literatura del romanticismo alemán. Traducción de Cecilia González y Laura Carugati. Eterna Cadencia Editora. Buenos Aires, 2012.
María Sáez de Vernet. El "diario" de una mujer en las Malvinas. Fundación Banco de Boston. Buenos Aires, 1982. Edición al cuidado de Nicolás Cócaro.
_______________, Cronista de nuestra soberanía en Malvinas: primera edición bilingüe español - inglés de su valioso diario de 1829. Ediciones Puerto Luis, Buenos Aires, 1989. Edición de Ernesto Greenleaf Cilley Hernández.
Piaggi, Italo A. Ganso verde (Goose Green). Revelador diario de guerra del comandante argentino en una de las más encarnizadas líneas de fuego en la batalla de las Malvinas. Ed. Sudamericana-Planeta, Buenos Aires, 1986,
Pauls, Alan. Cómo se escribe el diario íntimo. El Ateneo, Buenos Aires, 1996.



Unidad 3
Almeida, Juan Lucio. Qué hizo el gaucho Rivero en las Malvinas.  Plus Ultra, Buenos Aires, 1972.
Donghi, Halperín. José Hernández y su mundo.  Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1985.
Hernández, José. Las islas Malvinas. Compilación, sumarios y notas de Joaquín Gil Guiñón. Joaquin Gil Guiñón, Buenos Aires, 1952.
Martinez Estrada, Ezequiel. Muerte y transfiguración de Martín Fierro., Buenos Aires, Beatriz Viterbo, 2005.



Unidad 4
Groussac, Paul. Las islas Malvinas. Buenos Aires, Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Cultura, 1982.
Groussac, Paul. Las Islas Malvinas: compendio de la obra de Paul Groussac para los institutos de enseñanza de la Nación. Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, Buenos Aires, 1936.
Palacios, Alfredo. Las islas malvinas, archipiélago argentino. Ediciones Claridad, Buenos Aires, 1958.



5 Visiones de la guerra
Fogwill, Rodolfo E. Los Pichy-cyegos. Versiones de una batalla subterránea. De la Flor, Buenos Aires. 1983,
Hobsbawn, Eric. La era de la revolución, Editorial Crítica, Barcelona, 2003.
Lorenz, Federico. Malvinas, una guerra argentina. Sudamericana, Buenos Aires, 2009.
Sarlo, Beatriz .“No olvidar la guerra: sobre cine, literatura e historia” en Punto de vista número 49, Buenos Aires, 1994.
__________. Tiempo Pasado, cultura de la memoria y giro subjetivo, una discusión, Buenos Aires, Siglo veintiuno editores, 2005.
Shcvartzman, Julio, “Un lugar bajo el mundo: Los Pichiciegos de Rodolfo E. Fogwill” en Microcrítica: Lecturas Argentinas, Buenos Aires, Biblos, 1996.
Thompson, Julian. No fue un paseo (No picnic). Atlántida, Buenos Aires, 1987. Traducción de Luis F. Coco.
_____________"Los argentinos pelearon muy bien, pero su preparación no era buena" Entrevista en diario Clarin. 9 de abril, 2007.



6 Visiones de la posguerra
Fogwill, Enrique. Los libros de la guerra. Mansalva, Buenos Aires, 2010.
Gamerro, Carlos. Las islas. Buenos Aires, Simurg, 1998.
Pynchon, Thomas. Lento aprendizaje. Barcelona, Tusquets. 1992.
Soriano, Osvaldo. A sus plantas rendido un león. Seix Barral, Buenos Aires, 2010.



7 Siglo XXI y re-malvinización
AA VV. “Una visión alternativa sobre la causa de Malvinas” en La Nación. 23 de febrero, 2012.
Lorenz, Federico. Todo lo que necesitás saber sobre Malvinas. Paidós, Buenos Aires, 2014.
Palermo, Vicente. Sal en las heridas. Las Malvinas en la cultura argentina contemporánea. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2007.