viernes, 17 de abril de 2009

El claro palacio
Tomas Segovia


Hace años ya que secuestrado
de mi claro palacio
masco en casas extrañas mi pan de solitario
hallando en su sabor salado
la sombra de unas lágrimas que son la sombra
de aquellos días.

Nadie ahí me reconoce.
Cuando paso, bajando la mirada,
por las frondas que antaño tachonaban
de singular penumbra mis diáfanos salones,
siento que cruzo el espacio más triste.

Así, olvido mi nombre y no digo mi raza.
Como extranjero piso los caminos que abrí,
ni quiero como impía voz
turbar el monumento de ausencia del silencio.

Y vivo aquí entretanto sin delatarme nunca,
aunque no puedo más, hermanos míos, no puedo más.


(19.6.61)