Ha escrito cien novelas y mil cuentos
Su andar por el barrio es mortecino,
con sólido talento peregrino,
Los premios se acumulan suculentos.
¿Dónde estará, en su arte, el rudimento?
¿Y cuál es clave de su pompa fina?
El escritor se para en una esquina.
Y marca con sus labios el lamento.
Ya lo hice todo, recorrí ese camino
Del esfuerzo, la gloria, el escarmiento.
¿Por qué me suena a poco, a poco y nada?
¿Será toda mi obra una pavada?
Un perro pasa al lado y no lo escucha,
Volviendo con criterio hasta su cucha.