sábado, 14 de agosto de 2010

Nadia Mansilla me hizo esta entrevista para su blog.


Si se pudiera establecer una analogía con tiempos pasados, ¿que viene a traer Lengua de Trapo y que se lleva de la pluma local?

Los espejitos de colores que trae Lengua de Trapo no son de factura únicamente española. El catálogo es muy diverso y completamente desconocido para el lector porteño. Autores serbios, belgas, daneses, noruegos, franceses, peruanos, uruguayos, la mayoría contemporáneos, y tanto en la colección de ensayos como en la de ficciones. Por otra parte, Lengua de Trapo es la editorial española con mayor cantidad de narradores españoles jóvenes editados. ¿Qué sé lleva? Ojalá que a los jóvenes también, que si no son dorados, saben vestir con elegancia los oropeles de su época.

¿En donde están las trabas para que los nuevos escritores publiquen sus materiales?

Ahora con la web las trabas se diluyen y existen para los libros, pero ya no hay fetiche de la letra de molde. La web destruye el mito narcisista del incomprendido. Ahora ponés en la web y tenés lectores. Y de entre esos lectores, seguro surge editores. Creo que el gran problema de los autores nuevos es vencer su autismo y romper las barreras del narcisismo. En este mundo hiperconectado de hoy, salir al mundo es estar a un paso de la publicación.

El autobiografismo de los tiempos que corren: a pesar del imperio Facebook, el porvenir de la literatura esta en los blogs? ¿Y si los próximos libros contuvieran frases cortas, de 140 caracteres?

Facebook es el nuevo porno. Imagen. Voyeurismo. Desvergüenza industrial. Sus operaciones con el lenguaje son marginales. Twitter es otra cosa. Me gusta, pero a veces, si seguís a mucha gente, se parece a una especie de chat con uno mismo y eso me aburre. En mi twitter sigo poca gente y los leo a todos todo. Tengo un grupo de amigos y es como estar siempre en una mesa de bar, con la diferencia de que al mismo tiempo trabajo, escribo y hablo por teléfono. Luego, su gran defecto es que no se pueda compartir alcohol. Pero cuando se pueda digitalizar el alcohol o alguna otra droga ahí seguro nos cae la ley seca de arriba.

¿Que características ves en los escritores nacidos en los 70/80, adolescentes en los 90? ¿De qué hablan, que tienen para decir?

Vienen marcados por el desempleo y la marginación a la que los sometieron sus propios padres. Viene marcados por la dureza y los equívocos del neoliberalismo. Y al mismo tiempo, están conectados y se conocen entre todos. Son desconfiados, paranoicos, irritables… Bueno, quizás esté proyectando y eso es lo que soy yo.

En la nota hablas del lector porteño como un cosmopolita por vocación y necesidad, ¿cuales serian los autores que mas visita y por que?

Bueno, los países industrializados y donde la modernidad fue exitosa tienden a consumir y priorizar la novedad tanto en libros como en gastronomía y moda. La Argentina, donde la industrialización siempre se de a manchas y se tensionada por las fuerzas más retrógradas del pensamiento nacional, produce un lector activo, histérico e inconformista, si a eso le sumamos el Gran Narcisismo Porteño la lectura se vuelve siempre superyoica y querés más, y mejor, y revolvemos en las librerías de viejos y en las librerías de nuevos. Si le hiciéramos la pregunta al “lector porteño”, un personaje imposible, él respondería los autores que más visita son los mejores escritores de la literatura universal. O sea, su biblioteca siempre está incompleta, tanto en el futuro como en el pasado. Y todo esto también es un poco herencia de Sarmiento, Borges y Arlt, tres grandes lectores, quizás los más importantes de la tradición literaria argentina.

¿Cuales son los escritores que leíste últimamente? ¿Cuales recomendás agarrar a los inicios de la adolescencia? ¿Que leeria Rufus hoy?

Hace poco, hará un año, que estoy leyendo a Michael Chabon. Muy recomendable. Ahora estoy leyendo dos libros excelentes, los Cuentos Reunidos del noruego Kjell Askildsen, y Brummstein/Machine del danés Peter Adolphen, ambos editados en Argentina por Lengua de Trapo. Para la adolescencia recomendaría leer lo que realmente no se puede soltar porque te apasiona, ese policial, esa ciencia-ficción que se lee con toda la furia. En mi última adolescencia leí a Ballard y a Hemingway. Creo que son escritores que se leen cuando uno es joven y se pueden seguir leyendo toda la vida.