miércoles, 20 de abril de 2011

"En las décadas del ´60 y el ´70, el genial Michel Foucault analizó con preocupación que el poder intentaba coaccionar a sus individuos en los comportamientos, que intentaba controlar sus cuerpos y sexualidades, sus intimidades e identidades. Ello derivó en políticas saludables que intentan obligar al individuo a vivir más tiempo más allá de su elección.
Hoy nos enfrentamos a algo aún más grave: el intento por controlar las palabras, el intento de punir el discurso. El poder no sólo intenta decirnos qué debemos hacer y qué no podemos hacer según nuestro deseo, sino que al mismo tiempo intenta -para ocultar la situación coyuntural pobre en libertades materiales, esto es el tener y el no tener- establecer qué se puede decir y qué no.
La libertad de palabra es un derecho humano básico establecido en todos los tratados internacionales referidos al tema. El intento de coartar por vía económica a la palabra es una estrategia más de quienes pueden por establecer cómo debe ser el mundo: a su gusto y placer. Es, por lo tanto, tan repudiable como preocupante."


Diego Grillo Trubba firmando la solicitada "Contra el puritanismo"