martes, 27 de mayo de 2008

“En la cultura, la cuestión de la ascendencia resulta espuria. Toda nueva manifestación cultural reescribe el pasado, convierte a los antiguos malditos en nuevos héroes y a los viejos héroes en individuos que jamás deberían haber nacido. Nuevos actores limpian el pasado para los antepasados, pues la ascendencia es legitimidad y la novedad es duda, aunque en todas las épocas emergen del pasado actores olvidados, no como ancestros sino como amigos íntimos. (…) En 1976 y 1977, y en años subsiguientes, simbólicamente reconvertidos por los Sex Pistols, había quizá dadístas, letristas, situacionistas y varios herejes medievales.”

Greil Marcus, Rastros de carmín, una historia secreta del siglo XX. Anagrama, 1989.